Cada 16 de octubre, el mundo conmemora el Día Mundial de la Alimentación, una fecha proclamada en 1979 por la Conferencia de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Este día coincide con la fundación de la FAO en 1945, marcando así 75 años de dedicación a la causa alimentaria.
Al igual que el año pasado, se enfatiza la importancia de garantizar que todas las personas tengan acceso a una alimentación saludable y de calidad. El objetivo es claro: erradicar el hambre para el año 2030.
La alimentación adecuada es esencial para el desarrollo físico y mental, y es una responsabilidad compartida por todos. En un mundo sostenible, la solidaridad es clave. Gobiernos, empresas, instituciones académicas, la sociedad civil y los individuos deben unirse en un esfuerzo conjunto para priorizar el derecho de cada persona a la alimentación, la seguridad alimentaria, la nutrición, la paz y la igualdad.
Todos, incluidos los jóvenes, pueden desempeñar un papel activo en la construcción de un futuro inclusivo y sostenible. Esto implica actuar con empatía y amabilidad en nuestras acciones diarias, contribuyendo así a un mundo donde nadie se quede atrás en la lucha contra el hambre y la malnutrición.